El consumo de sustancias adictivas ha sido un hito permanente a lo largo de la historia.

De esta forma, según el Informe 2021 del Observatorio Español de Drogas y Adicciones ‘Alcohol, tabaco y drogas ilegales’ se señala que las principales sustancias consumidas son el alcohol, el tabaco, los hipnosedantes, el cannabis y la cocaína entre la población de 15 a 64 años.

Además, durante estos dos últimos años la pandemia ha sido un hecho desencadenante para el incremento de ciertas sustancias como han sido el alcohol, los hipnosedantes y la tecnología.

Ante estos hechos son varios los agentes que a nivel internacional y nacional han cooperado para que la visibilidad y sensibilización en materia de adicciones entre la población sea cada vez mayor.

Por ello, es necesario establecer la prevención como uno de los ejes claves para el presente y futuro de la atención a las adicciones, especialmente entre la población adolescente, pues son los más vulnerables ante esta situación.

¿Qué se entiende por prevención de adicciones?

En primer lugar, es necesario destacar que para entender adecuadamente de qué se trata la prevención es necesario comprender que la adicción no es un hecho aislado que repercuta de forma individual.

Las adicciones tienen lo que podemos considerar un efecto ‘’onda expansiva” pues sus consecuencias también atañen al núcleo familiar, educativo o social de la persona que lo padece.

En consecuencia, se entiende la prevención del consumo de drogas como las acciones dirigidas a erradicar comportamientos de riesgo a favor de conductas saludables y positivas que integren el análisis del impacto y daño que genera el consumo.

Principalmente, cuando se analiza la prevención debemos tener en cuenta que el fin principal es asegurar la salud física y mental de la persona o personas que se ven inmersas en una adicción.

Para ello, hay dos líneas estratégicas claves dentro de este proceso como son eliminar los factores de riesgo o disminuir su incidencia y, por otro lado, potenciar los elementos de protección hacia el individuo y la sociedad.

¿Desde qué ámbitos se puede tratar la prevención?

Tal y como habíamos adelantado, es necesario que la prevención se trate desde una perspectiva integral con una información lícita y transparente por parte de todos los agentes implicados.

En este caso, vamos a destacar tres ámbitos fundamentales: el familiar, el educativo y el social o comunidad.

  • Ámbito familiar

El núcleo familiar quizás sea el más importante a la hora de prevenir la caída en una adicción tanto por cercanía como por ser los encargados de transmitir valores asociados a la responsabilidad, el bienestar y la protección durante la educación. 

Al ser el primer contacto social que una persona mantiene a lo largo de su vida, serán los aprendizajes que haya obtenido de su relación con la familia lo que determinará en gran medida la actitud con la que afronte el futuro.

Durante la etapa de la infancia y la adolescencia es crucial que se establezca una buena comunicación, se creen límites que eviten conductas adictivas y se compruebe la evolución de los niños y niñas para detectar a la mayor brevedad posible algún indicio del consumo de sustancias.

  • Ámbito educativo

El equipo docente y el área de enseñanza serán esenciales para trabajar en la prevención de las adicciones.

En este espacio es donde se forjan, frecuentemente, las primeras amistades y vínculos, por lo que es necesario que se establezcan protocolos de información, protección y actuación ante las drogas.

Con ello, el equipo educativo reforzará la importancia de crecer con estilos de vida saludables, responsabilidad afectiva y de tolerancia cero ante el consumo de drogas o conductas adictivas.

  • Ámbito social

Por último, dentro de este grupo se encuadran las políticas establecidas a nivel autonómico y nacional para la prevención del consumo de drogas, así como los planes y charlas formativas destinadas a profesionales sanitarios, personas en situación de vulnerabilidad o entidades entre otros.

Asimismo, debemos destacar que será muy importante el control que se realice del ocio nocturno en este ámbito para evitar el consumo y el tráfico ilícito de drogas especialmente entre la población adolescente durante el tiempo libre, fomentando con ello un ocio saludable.

Pautas para la prevención de adicciones.

A continuación, vamos a enumerar algunas recomendaciones generales para trabajar en la prevención de adicciones que puedan aplicarse de forma sencilla y que ayuden a crear vínculos positivos.

  • Trabajar y reforzar la autoestima para obtener una percepción positiva de uno mismo.
  • Forjar una buena comunicación y un clima familiar basado en la confianza.
  • Crear rutinas saludables.
  • Elegir actividades de ocio y tiempo libre que fomenten el desarrollo personal, la deportividad, la diversión saludable y la relación con el entorno que nos rodea.
  • Enseñar a gestionar las emociones y la importancia de expresar cómo nos sentimos en cada momento, por qué sucede esto y cómo podemos mejorarlo.
  • Hablar abiertamente de las drogas: ofrecer información, atender las dudas y consultas, proporcionar herramientas que favorezcan la prevención.
  •  La importancia de “decir no” y de poner límites.

Desde la Asociación Poveda seguiremos manteniendo nuestro firme compromiso con la prevención de adicciones.

Para ello, participamos en diversos programas de prevención de adicciones junto a con otros profesionales y entidades educativas a las que poder transmitirles nuestras vivencias y experiencia personal sobre el tratamiento de adicciones.

Las adicciones te alejan de lo más importante, tú mismo. ¡Ayúdanos a combatirlas!